Si tienes sangrado de encías cuando te cepillas, podría ser una señal de tener una enfermedad gingival. Estas patología también pueden causar mal aliento, encías inflamadas, incluso en los casos más graves la pérdida de piezas dentales. Descubre cuáles son las causas y las soluciones.
Causas del sangrado dental
Puede que la fuerza con la que nos cepillamos los dientes nos haya provocado alguna vez irritación de las encías e incluso que llegaran a sangrar por ello. Eso sería un motivo muy puntual, aunque el sangrado gingival no suele ser para nada casual. De hecho, las encías sangrantes suelen ir acompañadas de inflamación de este tejido, algo que se produce por la acumulación de placa bacteriana.
Si la placa acumulada no es limpiada de forma correcta, poco a poco puede ir penetrando en los tejidos gingivales, causando problemas en la salud dental del paciente. La falta de una buena higiene bucal puede causar este proceso inflamatorio y de sangrado, aunque también hay otros motivos en su origen como el consumo de alcohol, el tabaco, la propia genética del paciente, una alimentación alejada de lo saludable o una situación de estrés, como principales factores.
Hay más motivos que pueden provocar en el sangrado de las encías, como las enfermedades inmunodepresoras, la diabetes, estados de embarazo o ciclos premenstruales, que generan alteraciones hormonales. También en personas que estén tomando medicamentos como anticonceptivos o antiepilépticos.
Posibles complicaciones
En caso de que la gingivitis continúe y se asocian a otros factores de riesgo, puede terminar en una patología más grave. Se trata de una enfermedad periodontal, caracterizada por ser una patología irreversible que afecta a todos los tejidos de soporte del diente, pudiendo provocar incluso la pérdida de algún diente.
En los pacientes a los que les sangran habitualmente las encías, principalmente, esta inflamación crónica puede conducir en personas especialmente susceptibles o con factores de riesgo asociados (tabaquismo, estrés, diabetes, etc.) a la pérdida del hueso de soporte de los dientes, a la aparición de abscesos periodontales, retracción de la encía, halitosis, movilidad dental… De manera que si no se diagnostica y trata a tiempo, llevaría la pérdida de los dientes.
¿Es normal el sangrado de encías puntual?
Lo normal es que una encía sana no sangre. El enrojecimiento de la encía, el sangrado espontáneo o durante el cepillado es un signo de inflamación. Para evitar el sangrado de encías es necesario tener una higiene bucodental óptima, basada en una técnica de cepillado correcta durante dos minutos, al menos dos veces al día. Además, siempre aconsejamos visitas periódicas al odontólogo para la revisión y mantenimiento de unas encías sanas.
El sangrado de encías siempre es indicativo de inflamación gingival, por lo que debe alertarnos de la posible presencia de una patología. Otra cosa es que se produzca un sangrado después de un traumatismo muy concreto.
CÓMO DETENER EL SANGRADO DE ENCÍAS
Independientemente de cuál creamos que es la causa del sangrado de nuestras encías, lo mejor es que se lo consultemos al dentista tan pronto como sea posible. Puede investigar los síntomas y aconsejar el mejor tratamiento para evitar el sangrado.
También existen una serie de sencillos pasos que deberíamos tener en cuenta en cuanto al tratamiento del sangrado dental. Algunos cambios en la rutina de higiene dental podrían detener el problema y evitar que se complique. Para que funcionen adecuadamente, debemos seguir estos pasos todos los días y no solo cuando nos sangren las encías:
- Cepillarnos los dientes dos veces al día, al menos durante dos minutos con una pasta de dientes de uso diario con flúor. La pasta de dientes de uso diario con flúor más eficaz que una pasta de dientes normal en la lucha contra la causa del sangrado de las encías.
- Usar un cepillo manual o eléctrico con un cabezal pequeño y cerdas suaves y redondeadas; y prestar especial atención a la línea de las encías y en cómo lavarse los dientes.
- Utilizar el hilo dental o los cepillos interdentales para eliminar la placa de las zonas de difícil acceso como, por ejemplo, entre los dientes.
- Usar un enjuague bucal como el colutorio, que aporta una protección diaria a las encías.
- Visitar asiduamente al dentista: podría detectar algún problema en las encías antes de que empecemos a padecer los síntomas. Si se produce el sangrado de las encías, debemos comunicárselo de inmediato para que pueda aplicar el tratamiento adecuado antes de que empeore.