También conocido comúnmente como babeo crónico, la hipersalivación es una enfermedad bucodental que se puede producir si padecemos tialismo, ptialismo, sialorrea o hipersialia. No se trata de una patología grave, aunque es bastante incómodo y puede llegar a ser el causante de halitosis.
La saliva está compuesta por proteínas, glucoproteínas, hidratos de carbono, electrolitos, células epiteliales y leucocitos. Normalmente una persona produce al día 1,5 litros de saliva y es generada por las glándulas salivales que forman parte del sistema digestivo superior. La función de la saliva es mantener la hidratación de la boca y sus mucosas, facilitar la masticación y deglución de los alimentos, y prevenir la caries además de proteger la dentadura contra la desmineralización.
Qué es la hipersalivación
La hipersalivación sucede cuando se produce un exceso de saliva en nuestra boca. En algunos casos, este exceso puede provocar que dicha saliva se derrame por el labio inferior, generando el conocido babeo. Podemos diferenciar varios grados de esta patología en función de si es intermitente o no, y de su longevidad en el tiempo.
Al igual que sucede con la sequedad de boca, no es una enfermedad, pero el peligro se encuentra en la posibilidad de que se trate de uno de los síntomas de enfermedades raras o muy perjudiciales, como es el caso del parkinson.
¿La saliva es mala?
La respuesta es clara: no. La saliva es un líquido incoloro que producen nuestras glándulas salivales para ayudar a tragar los alimentos, y que además contiene enzimas que contribuyen a una correcta digestión.
La saliva también nos ayuda a curar heridas y a desinfectar de gérmenes la boca, y actúa como barrera de toxinas. Como ya hemos dicho, una persona sana produce una media de 0,75-1,5 litros diarios de saliva. La cantidad ase incrementa mientras comemos y disminuye durante las horas de sueño.
¿Cuáles son las causas de la hipersalivación?
Las causas del exceso de saliva puede ser:
1) Por el consumo de medicamentos como el betanecol, el carbacol, la pilocarpina, la epinefrina, la terbutalina, el clonazepan o los compuestos yodados.
2) Cuando es imposible tragarla aunque la cantidad sea normal, por una enfermedad neurológica que se pueda sufrir:
- Parkinson.
- Parálisis cerebral.
- Parálisis del nervio facial.
- Esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
- Síndrome de Riley-Day.
- Secuelas de un infarto cerebral o de un traumatismo cerebral grave.
3) Se puede deber a la colocación de una prótesis o dolor dental.
4) Por último, los bebés también pueden presentar exceso de saliva como consecuencia de la formación de los dientes o a la falta de control de los músculos faciales.
¿Cuáles son los síntomas?
Además de las complicaciones psicológicas y ansiedad social, la salivación continua o babeo es el síntoma más evidente pero puede ofrecer otros signos como:
- Babeo y necesidad de escupir y tragar excesivamente
- Labios agrietados e infección de la piel alrededor de la boca
- Mal aliento
- Deshidratación
- Alteración del habla
- Posible neumonía
- Mal gusto
- Descamación de los labios
- Dermatitis en el mentón
- Fatiga muscular facial por el esfuerzo de tener que tragar constantemente
- Alteración del sentido del gusto
¿Cuáles son los tratamientos más eficaces?
Si el motivo es la ingesta de un fármaco la recomendación es retirar el medicamento cambiándolo por otro que no provoque hipersalivación. Este cambio siempre debe ser bajo prescripción del especialista y su ingesta no debe prolongarse en el tiempo por sus efectos secundarios y porque puede interactuar con otra medicación que precise el paciente.
Además, si ningún tratamiento funciona o la calidad de vida se ve seriamente afectada imposibilitando el desarrollo de una vida normal, existe la posibilidad de extraer parte de las glándulas salivales mediante cirugía.
- Medicación: podemos servirnos de medicamentos anticolinérgicos para reducir la cantidad de saliva, pero también debemos nombrar posibles efectos secundarios, como somnolencia, inquietud, irritabilidad, retención urinaria y estreñimiento.
- Terapia: se basa en buscar el origen del problema en la modificación y terapia del habla, así como recibir distintos cursos que ayuden a desarrollar técnicas para cerrar los labios, tragar o controlar mejor la lengua.
- Remedios caseros: la correcta hidratación puede ayudarnos a reducir el exceso de saliva, potenciando la eficacia de alguno de los anteriores tratamientos.
Prevención
Si es causado por fármacos o por una enfermedad neurológica las medidas de prevención apenas funcionan. A pesar de eso, las pautas recomendadas para evitar la hipersalivación son:
- Cepillado regular de los dientes.
- Usar enjuague dental varias veces al día.
- Beber agua con frecuencia a pequeños sorbos.
- Seguir una dieta saludable evitando los alimentos ácidos y los ricos en almidón pues favorecen la salivación.
- Masticar chicle o chupar caramelos, ambos sin azúcar, puede ayudar a tragar el exceso de saliva.
- Dormir las horas necesarias ya que ese descanso favorece la reducción del flujo salival.