[vc_row][vc_column][vc_column_text]De repente, un golpe en la boca mientras practicamos nuestro deporte favorito o una desafortunada caída, acaban con la pérdida de una pieza dental. Sin embargo, si mantenemos la calma y actuamos con rapidez, podemos salvar el diente.
En busca del diente perdido.
Vale. Ha sido un tremendo porrazo y si alguien te ha visto aún duele más. Pero aparentemente todo está en su sitio y no tienes lesiones graves. ¡Un momento! 29, 30, 31… Acabas de sufrir una emulsión dental en toda regla. O lo que es lo mismo: ¡Has perdido un diente! Empieza a rastrear la zona y pídele ayuda a las personas de tu alrededor. ¿Lo tienes? Perfecto, cógelo por la corona, que es la parte con la que masticas los alimentos. Intenta evitar sujetarlo por la raíz.
La regla de los 5 segundos es cuestionable. ¡Lávalo!
Aunque los facultativos de algunas series americanas mantienen que si un objeto entra en contacto con el suelo menos de 5 segundos no está contaminado, la teoría no está confirmada. ¡Y vas a llevártelo a la boca! Así que lávalo con agua natural. Si no tienes una botella cerca, coloca el diente debajo del chorro unos segundos (los suficiente para limpiar el diente sin que el cloro lo dañe). Para prevenir el desastre, te recomendamos poner el tapón en el grifo.
Operación: salvar tu diente.
Las siguientes 2 horas son claves. Tienes 120 minutos para acudir a tu clínica dental. Puedes transportarlo metiéndolo en un recipiente con leche o suero fisiológico. También puedes llevarlo directamente en la boca, entre la zona molar y la mejilla o colocarlo debajo de la lengua. Una vez en tu clínica Dentaden, tu dentista se encargará de todo. Si has seguido estos pasos correctamente, insertará el diente con éxito y podrás saborear tus platos favoritos con todos tus dientes.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]